viernes, 18 de julio de 2008

Seguridad Y Soberanía Alimentaria

Trataremos de abordar de forma general el tema de la seguridad y soberanía alimentaria ubicándonos en el contexto mundial para en posterior oportunidad abordar cada una de sus especificidades.

Comenzamos de forma general a exponer que la liberalización del comercio, la “globalización neoliberal”, así como las políticas económicas de “ajuste estructural”, los tratados económicos de libre comercio han sido punta de lanza del recetario neoliberal, violatorios de todo tipo de soberanía ya que pretenden subordinar la política de los paises a los requerimientos de los centros de poder imperialista.

El capital financiero especulativo y algunos organismos multinacionales han partido de estas políticas con la idea de someternos a sus designios globalizado el hambre, para lo cual un primer paso es destruir el aparato productivo agroalimentario de los paises, esto en gran manera nos hace vulnerables y coloca la alimentación como una mercancía más, así los alimentos pasan a ser, dentro del comercio internacional, el medio para someter a los pueblos.

Quien tiene dinero tiene acceso a los alimentos en el mercado mundial, quien no lo tiene y ha entregado su capacidad productiva a las transnacionales no tendrá posibilidad de alimentarse, por lo tanto, desde este punto de vista, para los pueblos la alimentación deja de ser un derecho para ser un privilegio.

Este razonamiento nos lleva a concluir que en este mundo dominado por el imperialismo, con sus conceptos mercantilistas y explotadores, no habrá una genuina seguridad alimentaria sin una verdadera soberanía.

Entendemos la soberanía alimentaria como el derecho de una nación para producir sus propios alimentos, así como desarrollar el aparato productivo y tecnificar el campo como vía para hacerlo realidad. Este derecho de producir nuestros propios alimentos en nuestro territorio es una condición que antecede a la seguridad alimentaria.

La soberanía alimentaría lleva implícita el uso sostenible de los recursos naturales, en especial la tierra, el agua y las semillas.

En una de sus políticas económicas el capitalismo ha logrado alienar al ser humano, haciéndolo ver en los recursos naturales un medio para servir al lujo y al consumismo, el uso indiscriminado de los agro tóxicos, el daño sistemático a la hidrografía y la biotecnología al servicio de los intereses de la clase dominante, que ha llegado al extremo de patentar y comercializar recursos genéticos por parte de compañías privadas y transnacionales creando una gran dependencia al punto que la alimentación de nuestros pueblos es un factor variable que depende grandemente de las transnacionales.

En el contexto local no debemos olvidar el sujeto que produce nuestros alimentos, el campesinado y sus luchas por la tenencia de la tierra, reivindicación que aún no ha sido satisfecha, lo que indica vestigio del antiguo sistema, a tal punto que las relaciones de producción conservan grados altos de relaciones propias del feudalismo.

Para erradicar esta situación se debe minimizar las diferencias entre el campo y la ciudad, así como impulsar el avance de las fuerzas productivas, capacitar la fuerza de trabajo garantizando la educación y mejorar las condiciones de vida del campesinado.

Una política revolucionaria debe asumir la producción, comercialización y distribución de los alimentos, partiendo que son en esencia una fuente de nutrición y un derecho de cada ser humano, para ello debe crearse un sistema planificado y centralizado partiendo de nuestras realidades geográficas, topograficas, edafológicas, culturales y políticas para garantizar ante cualquier situación adversa la seguridad y soberanía alimentaria como base fundamental de la independencia.



Por: Alcimides Lozada
Profesor egresado de la UPEL.
Egresado como planificador del MPD

Universidad, productividad y soberanía alimentaria

En vísperas de consolidar la revolución sociopolítica en Venezuela y, con ánimos de compartir lo mejor de nuestro proceso con la región latinoamericana y caribeña, hacemos un desconcertante viraje en la búsqueda de responsables a tan grave problema de dependencia tecnológica y ausencia de soberanía alimentaria en la mayoría de nuestros pueblos. Hasta ahora, siempre creímos que los enemigos de ultramar especializaban sus tentáculos al cercenamiento y asfixia de nuestras iniciativas de integración social, tecnológica y económica.

No obstante, uno de los más eficientes tentáculos se ha colado por uno de los puntos más vulnerables de nuestra estructura de cambios: nos referimos al manejo del conocimiento científico tecnológico. Y este tal vez sea el punto de partida para reorientar la visión crítica que tenemos de un proceso que merece urgente reimpulso, cuyo ascenso depende de la rectificación pero, siempre que la revisión de base parta de la desprogramación de los estándares que aun continúan rigiendo el diseño y ejecución de políticas de desarrollo agroalimentario en Venezuela y muchas naciones de la región.


En este sentido, cuando las instituciones creadas para la formación académica y el desarrollo científico tecnológico, no son capaces de generar soluciones que aborden el aspecto específico de la productividad, es decir, rendimientos por hectárea de rubros agrícolas (bien sea toneladas, kilogramos o quintales cosechados dentro de un mismo ciclo de cultivo y en 10.000 mts2 de siembra, y bajo ciertos estándares de mediana densidad de plantación) o de rubros pecuarios (por ejemplo la cantidad de leche ordeñada por ubre/día), lamentablemente los gigantescos esfuerzos del gobierno nacional sucumben ante uno de los mayores enemigos de nuestra revolución: la ineficiencia académica en cuanto a aplicaciones productivas probadas se refiere.

Esto ha generado todo un proceso de distorsión tanto de la real valoración de los costos y precios en el mercado agroalimentario, como de la posibilidad cada vez menos cierta de proteger importantes áreas naturales hidro estratégicas para el desarrollo nacional, por la permanente expansión de la frontera agrícola en búsqueda de compensar la improductividad agrícola.


Al parecer, pueblo y gobierno hemos abordado el problema de manera circular y a veces tangencial en torno al verdadero problema, pero rara vez de forma estructural y radical, lo cual debe ser orientación y acción de todo proceso revolucionario.

A pesar de conocerse registros (reportajes nacionales e internacionales) de excelentes rendimientos en diversos rubros, por parte de numerosos productores esparcidos por todo el país, por el hecho de emplear tecnologías que pudiesen dejar en entredicho a complejas investigaciones universitarias, se ha ocultado información valiosa a la población y los organismos competentes en la materia, por lo que han bajado línea ininterrumpidamente en los últimos 40 años, e incluso hoy día, para impedir la publicación masiva de lo que pudiese ser demoledor para las estructuras académicas de nuestras facultades de agronomía y de economía agrícola.

¿Cómo redimensionar entonces, el rol e impacto de las universidades, en cuanto al rescate de tecnologías no certificadas pero de grandes resultados? Es indispensable una urgente y objetiva valoración del impacto real que hemos logrado las universidades nacionales y los centros formales de investigación, tomando como base el manejo de recursos propios y transferidos a estas instituciones en las últimas décadas.

Las facultades y escuelas de Economía, Administración, Contaduría, Derecho, Ingeniería, entre otras, poco, increíblemente ¿Cómo redimensionar entonces, el rol e impacto de las universidades, en cuanto al rescate de tecnologías no certificadas pero de grandes resultados? Es indispensable una urgente y objetiva valoración del impacto real que hemos logrado las universidades nacionales y los centros formales de investigación, tomando como base el manejo de recursos propios y transferidos a estas instituciones en las últimas décadas.

Las facultades y escuelas de Economía, Administración, Contaduría, Derecho, Ingeniería, entre otras, poco, increíblemente poco abordaje y aporte hacemos a sectores determinantes para el desarrollo nacional y desconcentración poblacional, como la agricultura y el ambiente (y en buena parte el turismo). Hemos dado la espalda al 90% del territorio nacional, como también a nuestras raíces y a nuestro entorno natural, único sustento del resto de los sectores de la economía.

Aparte, las facultades de agronomía fueron encapsuladas y aisladas de manera deliberada, tanto así, que escuelas de Antropología, Historia y Sociología, tan importantes para traer a la actualidad conocimientos clave de nuestras comunidades originarias respecto al manejo de sistemas de riego, control de plagas, rotación de cultivos, control de la erosión, técnicas para la sustentabilidad del conuco, etc., poco aporte aplicable al agro han hecho, tal como se puede comprobar en las salas de referencia de dichas facultades, donde la proporción de estudios aplicados al tema son tan escasos, que se hace insignificante la lectura estadística.

Es así como la distribución de la riqueza asociada a los beneficios generados en toda la cadena agroproductiva, desde los productores primarios, pasando por la agroindustria, hasta el comercio de los productos procesados, ha sido considerablemente injusta, al ver que quienes más se esfuerzan, esperan y arriesgan, como los son los productores primarios, son los que menos participan en los beneficios globales de toda la cadena agroproductiva.

En consecuencia, por más inversión económica que haga el gobierno nacional, si no se logra un vuelco conceptual y tecnológico real a partir de los ministerios de Educación; Educación Superior; Ciencia y Tecnología; y Agricultura y Tierras, hacia logros realmente productivos, aspectos como revolución económica y soberanía nacional, serán cada vez más difíciles de alcanzar respecto al enorme nivel de expectativas creadas sobre una población esperanzada en la visión de país que muchos soñamos y estamos empeñados en construir y consolidar cada vez más.


Por: Samuel Scarpato Mejut0

Docente e investigador adscrito a la Universidad Centroccidental Lisardo Alvarado. Consultor en economía agrícola y desarrollo sustentable.
samscarpato@yahoo.com

Unidad revolucionaria en el sector rural

Alianza Bolivariana Campesina (ABC) es una organización anti-imperialista que tiene como elemento fundamental y estratégico la organización del movimiento campesino. Su principio es el respeto al acervo cultural e histórico del pueblo venezolano.

ABC apoya todos los ámbitos del Proceso Bolivariano con la reivindicación del liderazgo indiscutible de Hugo Chávez. Es así que asumen la unidad en la diversidad y complementariedad; el trabajo político y social en el sector rural; y la erradicación del latifundio. Por ello garantizan la participación de las bases como mecanismo que asegure el carácter democrático y revolucionario de la organización.

Dentro de sus actividades está el promover una política de desarrollo en el campo venezolano que acompañe en lo político y lo ideológico al gobierno nacional, como fórmula para consolidar la Revolución Bolivariana. Para ello que se plantea encuentros con líderes campesinos para definir estrategias y metodologías de trabajo político en el área. Los talleres de formación llegarán al sector rural y las actividades de la alianza serán de carácter periódico y sectorial.

Otra de sus próximas actividades es realizar estudios en zonas estratégicas para la formulación, diseño, planificación y ejecución de proyectos, con la participación de los sectores populares, basados en políticas agrícolas que den respuesta a los problemas de la producción y el desarrollo integral de dichas zonas. De esta manera se presentará al Presidente de la República una propuesta que surge de las bases del sector rural campesino, con carácter nacional.

Para las zonas de frontera, la creación de una fuerza multidisciplinaria (Batallones Cívicos-Militares) que aborden los problemas de la producción y la defensa, en hatos y fondos de su exclusiva competencia administrativa, como fórmula para combatir la inseguridad fronteriza y contribución a la soberanía alimentaría

Y finalmente, proponen un sistema de seguridad social donde se tome en cuenta las particularidades de los trabajadores campesinos, entre ellas normas de seguridad industrial y del trabajo para el sector rural.

Sus líneas de acción estratégicas dan prioridad a temas como:

1. Construir un movimiento campesino de masas.
2. Impulsar como unidad organizativa básica y fundamental en el sector campesino: “Los Consejos Campesinos y del poder popular”, como premisa para desarrollar una política agraria revolucionaria.
3. Unificación de las experiencias que ya existen en la formación de cuadros revolucionarios.
4. Establecer Escuelas de formación Política e Ideológica conformadas por círculos de estudio, que vinculen a la práctica y la doctrina del pensamiento revolucionario y Bolivariano (No hay acción revolucionaria sin pensamiento revolucionario; Lenin.)
5. Apoyar la concreción de medios de comunicación para la divulgación, como mecanismos de cohesión, identificación y captación de los individuos o elementos a incorporar a la organización.
6. Propiciar el establecimiento de un porcentaje no menor al 70% de la cartera crediticia del financiamiento agrícola que otorgan las instituciones del estado, para ser asignado con carácter obligatorio a los consejos comunales campesinos u otras formas organizadas de los pequeños productores trabajadores del campo o los fomentados por el estado Venezolano ( EPS; UPS, Fondos Zamoranos, NUDE. Cooperativas).
7. Priorizar el desarrollo de las zonas campesinas, que se encuentran en los estados andinos, incluidos los ramales de la cordillera de la costa y la Sierra de Perija.
8. Implementación y perfeccionamiento de la propuesta gran conuco Bolivariano.
9. Construir experiencias productivas que permitan mostrar como vitrinas, resultados tangibles del modelo, que se propone como alternativa a la explotación capitalista de la tierra.
10. Abordar lo relativo a la Soberanía Alimentaría, por su carácter de seguridad nacional, como un elemento para el análisis permanente.
11. Fomentar la Agro ecología como modelo alternativo.
12. Respaldar la conformación de una federación de consejos campesinos por estado.


Por: Verónica Cabascango C.

Soberanía, clase obrera y campesinado

En la sociedad sustentada en el trabajo asalariado, en el esfuerzo de quien vende su fuerza de trabajo para garantizar el funcionamiento del aparato productivo es necesario tener en cuenta que sin el respaldo de la clase obrera no hay avance posible, más allá de posiciones ideológicas, es un hecho objetivo que las maquinarias, los procesos productivos y la acción de la burocracia se genera en base a una relación entre quien tiene la fuerza y el conocimiento y quien tiene el capital para comprar esa fuerza y en el caso de los procesos productivos quien tiene la materia prima y las maquinarias, que a su vez son producidas por trabajo.

Este fenómeno nos lleva a una simplificación muy ele-mental: si la clase de los asalariado dejara de trabajar, todo el proceso productivo se pararía, de allí que en cualquier análisis sobre las garantías que representan la seguridad y soberanía debe ser tomado muy en cuenta, como factor fundamental el trabajador, y no es gratuito que una parte importante de la lucha política en todas las sociedades modernas vaya destinada a ganarse el apoyo del proletariado.

En la sociedad esclavista el propietario de la fuerza de trabajo era a la vez propiedad de otro, no tenia voluntad propia ni capacidad de decisión, en la sociedad feudal ocurría algo similar, pero en la sociedad capitalista quien vende su fuerza de trabajo, como cualquier otra mercancía, puede en un momento no venderla, como por ejemplo durante la huelga, y en ese momento esa mercancía cobra un valor extraordinario y sube su precio, esto porque el capitalismo transforma todo en mercancía, incluso las relaciones familiares, que se compran y se venden de acuerdo a una determinadas reglas que tratan de ocultar su fealdad y hacer más suaves estas relaciones.

Partiendo de estas premisas queremos llamar a comprender que el problema de la seguridad y soberanía no es solo un problema de tecnología, de técnicos, de agua, de tierra, de materia prima, es en esencia un problema de voluntades, y entre estas la voluntad y la decisión de quien hace caminar todos esos engranajes de la producción, de la clase obrera y el campesinado, tan ignorados y golpeados, pero que aún con esa realidad son la única garantía verdadera de seguridad y soberanía, de independencia y la única posibilidad de construir el socialismo.


Por: Pedro Rosas

En recuperación “Valle del Turbio”

En el marco de la lucha contra el latifundio, el Gobierno Bolivariano a través del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras (MPPAT) y su organismo adscrito, el Instituto Nacional de Tierras (INTI), inició la recuperación de 2.400 hectáreas del Valle del Turbio para dedicarlas a la producción agrícola, introduciendo rubros que permitan el real aprovechamiento de estos suelos y generen alimentos necesarios para abastecer al pueblo larense.

Se trata de la recuperación de 30 predios que se encuentran en estado de ociosidad y muchos de ellos se encuentran totalmente deforestados, irrespetando el área de reserva de vegetación natural estipulados en el decreto 553 de la Ley Orgánica del Ambiente y sus Reglamentos de fecha 20 de marzo de 1980.

Un poco de historia
Lorenzo Ferrer en su texto Instrucción y Noticia de Nueva Segovia, en 1745, refleja que el valle era un emporio agrícola y ganadero de gran importancia por la variedad de frutos y animales que produce:
...“Hay cacao, tabaco, azúcar, papelones, algodón, maíz, con tanta abundancia que los más años se abastecen de las ciudades y lugares circunvecinos, plátanos hay tres especies…, yuca, trigo, arroz, frijoles, caraotas, verduras, frutas”...

Contaminación
En algunas áreas no se respeta la zona protectora correspondiente al río Claro (Régimen permanente), y al río Turbio (Régimen Permanente) como lo estipulan los artículos 17 y 19 de la Ley Forestal de Suelos y Aguas.

Los daños ambientales no se limitan al mal uso y manejo del recurso hídrico sino que abarcan acciones como la quema, práctica cultural en la zafra del cultivo de caña de azúcar, acarreando pérdida de humedad en el suelo, haciéndolo más susceptible a la erosión eólica e hídrica.

De igual manera la gente continúa arrojando es-combros y basura en general a orillas del río. Hay que cooperar para recuperar este lugar.


Por: Verónica Cabascango C.

lunes, 14 de julio de 2008

I Foro para la Nutrición Socialista en Venezuela

En la ciudad de Caracas se realizó, los días 29 y 30 de abril del 2008, el Foro para la Nutrición Socialista como eje fundamental para la soberanía y la seguridad alimetaria. Uno de los objetivos de este foro es demostrar que la capacidad de abastecimiento se la puede generar mediante el control del proceso productivo autóctono que rescate las tradiciones agrícolas.



1. El poder mass mediático



Los medios de comunicación son los principales consignatarios de los modelos de consumo alienados. Dichos modelos han alcanzado a instalar modelos estéticos no saludables con regímenes alimentarios y nutricionales decadentes, con ingesta calórica restringida. Derivando en desordenes de la salud.


En Venezuela, con el proceso revolucionario se han gestado diversas iniciativas entorno a la lucha contra el poder mass mediático de la globalización: la aprobación de la Ley de Responsabilidad Social pero el camino recorrido sigue siendo incipiente, pues los medios se han enclavado como un poder erigido del capital y sus intereses.

2. Seguridad Alimentaria



La lucha de los pueblos latinoamericanos hoy abandera el rescate y la recuperación de prácticas y tecnologías tradicionales que aseguren la protección de la biodiversidad y de producción local y nacional sobre la base de principios agroecológicos en pos de la seguridad alimentaria y nutricional. Venezuela ha emprendido diversas estrategias a favor del desarrollo de políticas de protección de la seguridad y defensa agroalimentaria tales que han gestado una nueva cadena productiva sustentable y rural, más idónea al interés nacional y ajustado a las necesidades locales.



3. Soberanía alimentaria



El “Plan de Batalla por la Soberanía Alimentaria 2006-2015” así como el “Plan Siembra Petrolera” de la empresa estatal PDVSA, impulsan un nuevo modelo de producción agrícola, basado en los principios del socialismo agrario en pos de la mejora de la calidad de vida, destinando una parte importante de sus inversiones a la superación de la dependencia alimentaria y agrícola.


4. Identidad alimentaria regional


La construcción del Estado Socialista, debe pasar por la instauración de un Estado soberano y no dependiente tecnológica, económica, cultural, política y socialmente y debe profundizarse sobre los principios de la revalorización multicultural aplicando los conocimientos y saberes ancestrales, para consolidar así los procesos de producción, procesamiento artesanal, métodos de conservación, intercambio y consumo de alimentos propios de los pueblos indígenas.

5. Planificación de políticas socialistas de alimentación y nutrición


La Hoja de Balance de Alimentos (HBA) constituye una herramienta para orientar y garantizar la Soberanía y la Seguridad Alimentaria ya que se puede saber con certeza qué cantidad y cuales alimentos deben cultivarse e industrializarse, y cuales deben importarse para garantizarle la suficiencia de estos al pueblo.
Una de las metas es promover e incentivar la elaboración de bienes con alto valor agregado para incrementar la producción social, la preservación y generación de empleos que impulsen el desarrollo endógeno del país.

6. ALBA Vs. ALCA



El ALBA es una propuesta para construir consensos para repensar los acuerdos de integración en función de alcanzar un desarrollo endógeno nacional y regional que erradique la pobreza, corrija las desigualdades sociales y asegure una creciente calidad de vida para los pueblos. Es, en definitiva, una manifestación de la decisión histórica de las fuerzas progresistas de Venezuela para demostrar que Otra América es Posible.

7. Normalización



La regulación pretende estandarizar las características de los alimentos y los lineamientos para establecer la calidad alimentaria. Se propone ante el autoritarismo por los dominadores, poder popular, autogestión, afirmación de la identidad, resistencia a los reglamentos impuestos, creación autónoma de lo nuestro, a nuestras condiciones, a nuestro ritmo, dentro de nuestras limitaciones.

8. Experiencias exitosas



Las experiencias agroproductivas exitosas son el resultado de los esfuerzos institucionales y comunitarios mancomunados, para desarrollar alternativas viables de autoproducción que den al traste con las lógicas del mercado y de la acumulación del capital.






Por: Verónica Cabascango C.

Biocombustibles a partir del Maíz, una propuesta para profundizar el hambre de los pueblos

El gobierno imperialista de los Estados Unidos, en su intento por fortalecer políticas para dejar de depender del petróleo, se plantea la producción de biocombustibles de diverso origen, por la importancia para América Latina abordaremos su producción a partir del maíz.

Tal propuesta implica extraer del maíz los azúcares que posteriormente son fermentados y que permiten convertirlos en biocombustibles. Científicos ya crearon una formula Vaca + Maíz = Combustible.

Investigadores de la Universidad de Michigan afirman haber obtenido la clave para la modificación genética de un tipo de maíz utilizando un gen de microbios de un estómago de la vaca. Esta variedad de maíz produce mayor cantidad de etanol que las existentes en la actualidad lo que garantizaría que tras la introducción de esta nueva especie transgénica la producción de combustible sea mayor.

Si bien la producción de biocombustibles pudiesen plantearla como una alternativa para aminorar su dependencia del petróleo, debemos hacer una valoración sobre las consecuencias de esta propuesta: Sumada a la crisis alimentaria mundial, por la que ya atraviesan los países del mundo, llevaría a sustituir la cosecha de alimentos, por sembrar la tierra para generar combustibles que garanticen la circulación de vehículos. Esta propuesta sin duda alguna es el colmo de lo que el imperialismo, como fase superior del capitalismo, puede generar con tal de mantener el consumismo. Es importante entender que sin abordar el despilfarro de energía propio del modo de vida capitalista, el aumento permanente del número de vehículos y procesos consumidores de combustibles, las tierras fértiles del mundo serán insuficientes para “alimentar” los millones de vehículos que deambulen por este contaminado planeta.

Los Biocombustibles en Suramérica

En Suramérica el gobierno de los EE.UU. plantea la sustitución de los bosques de la amazonia (propues- ta abalada por el gobierno de Lula en Brasil) por cultivos para la producción de biocombustibles, afectando de manera irreversible zonas que sirven como pulmón natural mundial, reservorio de agua y biodiversidad, zonas protectoras de ante las cantidades inauditas de gases de efecto invernadero que incrementan el calentamiento global y que aceleran la destrucción de la capa de ozono.


Esta política en lugar de servir para aumentar la producción de alimento y disminuir el hambre en el mundo solo serviría para garantizar el combustible necesario para que rueden las máquinas que producen el dióxido y monóxido de carbono que garantizan la destrucción de la Madre Tierra.

Esta propuesta de los biocombustibles ha sido rechazada en la región por algunos gobiernos, especialmente el de Chávez, Correa y Morales; pero además cuenta con gran oposición en el mundo ya que plantea acabar con centenares de hectáreas de bosques, así como afectar las siembras de maíz orientadas a la producción de alimentos, llevando a la escasez de ese vital grano, el cual tiene raíces históricas en los países del Sur.

La propuesta de los biocombustibles plantea un nuevo desafío a los pueblos del mundo, en momentos cuando el imperialismo atraviesa una profunda crisis en sus proyectos de dominación y hegemonía, es nuestro deber luchar por derrotar esta propuesta que agrava vitales problemas económicos y sociales que vivimos.



Por: Rock Abreu

EDITORIAL julio 2008

Como un aporte al análisis y la búsqueda de respuestas ante la evidente crisis alimentaria del mundo y del país, un grupo de personas ligadas al campo agrícola nos hemos propuesto llevar adelante un espacio donde po-damos aportar a la construcción de soluciones porque entendemos que además de ser parte del problema también debemos ser parte de la solución.

Para esto hacemos un inmenso esfuerzo en llevar adelante la edición de una revista que exprese de forma sencilla, para todo tipo de usuario, enfoques de una problemática compleja que alberga una profunda contradicción de nuestra sociedad mo- derna: la inmensa capacidad técnica para producir alimentos y la monstruosa política co- mercial que deja cada día a más personas sin ellos, algo absurdo e inhumano que nos indica el nivel des-composición al que ha llegado el capitalismo.

Mientras más conocimientos y capacidades generamos, más desigualdad producimos; mientras mejor uso podemos hacer de la tierra y los recursos, menos acceso tienen las mayorías; mientras más dinero se produce, hay más pobres.

Esta complicada e inexplicable situación nos lleva a recurrir al viejo camino de lo escrito, de la acción colectiva, del pensamiento grupal y del análisis plural para dar respuestas que surjan desde la racionalidad técnica, de la acción concreta y desde la experiencia ancestral de los que producen alimentos.

Primero debemos conocer y luego proponer a la sociedad alternativas que permitan superar esta terrible situación de morir de hambre ahogados en capacidad para producir alimentos, es una paradoja que no ocurrió antes, hubo hambrunas, es sabido, por problemas de falta de producción y por efecto adverso de la naturaleza, pero hoy la hambruna es generada por los dueños de las mercancía-alimentos que prefieren botarlas al mar que dársela a los niños, en el marco de la dinámica que enseñó la economía clásica capitalista con su ley de la oferta y la demanda.

Esta revista es un atrevimiento, atrevimiento necesario en momentos cuando el mundo se debate entre estas contradicciones y ante lo cual los venezolanos, como parte de esa realidad y con la especificidad de nuestra deformación económica importadora, estamos llamados a responder de forma urgente y coherente para no perecer en el intento emancipador y de vanguardia en el que estamos empeñados.

La FAO ha generado una alerta, los presidentes mas progresistas de América Latina hacen un llamado enérgico, los trabajadores y los pueblos necesitamos asumir con seriedad el tema, analizar sus causas, prever su curso, adelantar acciones para que no se cumpla la nefasta profecía, o derrotamos al capitalismo hambreador y salvaje o millones de seres seguirán pereciendo por una causa prevenible y conocida: El capitalismo.

Hemos perdido mucho tiempo, es hora de recuperarlo y dar los grandes pasos para salir de la penumbra, para ello la acción colectiva y en general el socialismo son la única vía posible.

Sólo la acción coordinada de pequeños y medianos productores, de los campesinos, obreros y técnicos, de las comunidades y cooperativas permitirá asumir el camino de la soberanía y seguridad alimentaria, elemento básico para cualquier proyecto de sociedad justa y equitativa.

Sin alimentos no hay vida, no soberanía, ni nueva sociedad.

Alimentos para la vida

El 7 de mayo se realizó en la ciudad de Managua, Nicaragua, la Cumbre Presidencial: Alimentos para la Vida, que contó con la presencia de representantes y Jefes de Estado de Nicaragua, Bolivia, Ecuador, México, Honduras, Haití, Venezuela, San Vicente y Las Granadinas, Guatemala, Belice, Cuba, El Salvador, Panamá y República Dominicana

Fue denominada como una reunión de emergencia “con el fin de abordar los graves problemas de nuestros pueblos, agudizados por el incremento acelerado en el costo de los alimentos, que ya ha provocado explosiones de violencia social en diferentes países. Nos convocamos con la decisión de unir esfuerzos para enfrentar el impacto de esta Crisis Alimentaria Mundial, en América Latina y El Caribe” según Daniel Ortega, anfitrión del evento.

En la Cumbre Presidencial se acordó, entre los puntos más importantes:


• Aunar esfuerzos para incrementar la producción y productividad sostenible de alimentos, con respeto a nuestras tradiciones productivas, y de consumo, cuidando nuestros recursos, plantas y semillas utilizando recursos locales, creando mejores condiciones financieras, tecnológicas, de mercado, de abastecimiento de insumos, de organización y de asociación, amplia e incluyente, de acuerdo a las formas culturales propias, de los países de América Latina y El Caribe.


• Crear un Fondo que destine los recursos necesarios para desarrollar la Producción de Alimentos, haciendo llegar a las y los productores: financiamiento, tecnología, implementos, maquinarias agrícolas, e insumos, a precios justos, e igualmente, garantizando precios justos en la comercialización de esos productos alimentarios, tanto para productores como para consumidores.


• Destinar recursos gubernamentales para estimular la producción de alimentos, especialmente de granos básicos.


• Apoyar un proceso de reforma agraria, que provea de tierras a aquellos productores agrícolas, que en este momento no tienen este recurso para producir alimentos.


• Declarar una emergencia a nivel de todos los países de Latinoamérica y El Caribe para agilizar el proceso que conlleve a potenciar la producción y productividad de los alimentos de consumo en el área.

En recuperación “Valle del Turbio”

En el marco de la lucha contra el latifundio, el Gobierno Bolivariano a través del Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierras (MPPAT) y su organismo adscrito, el Instituto Nacional de Tierras (INTI), inició la recuperación de 2.400 hectáreas del Valle del Turbio para dedicarlas a la producción agrícola, introduciendo rubros que permitan el real aprovechamiento de estos suelos y generen alimentos necesarios para abastecer al pueblo larense.

Se trata de la recuperación de 30 predios que se encuentran en estado de ociosidad y muchos de ellos se encuentran totalmente deforestados, irrespetando el área de reserva de vegetación natural estipulados en el decreto 553 de la Ley Orgánica del Ambiente y sus Reglamentos de fecha 20 de marzo de 1980.

Un poco de historia

Lorenzo Ferrer en su texto Instrucción y Noticia de Nueva Segovia, en 1745, refleja que el valle era un emporio agrícola y ganadero de gran importancia por la variedad de frutos y animales que produce:
...“Hay cacao, tabaco, azúcar, papelones, algodón, maíz, con tanta abundancia que los más años se abastecen de las ciudades y lugares circunvecinos, plátanos hay tres especies…, yuca, trigo, arroz, frijoles, caraotas, verduras, frutas”...

Contaminación

En algunas áreas no se respeta la zona protectora correspondiente al río Claro (Régimen permanente), y al río Turbio (Régimen Permanente) como lo estipulan los artículos 17 y 19 de la Ley Forestal de Suelos y Aguas.

Los daños ambientales no se limitan al mal uso y manejo del recurso hídrico sino que abarcan acciones como la quema, práctica cultural en la zafra del cultivo de caña de azúcar, acarreando pérdida de humedad en el suelo, haciéndolo más susceptible a la erosión eólica e hídrica.

De igual manera la gente continúa arrojando escombros y basura en general a orillas del río. Hay que cooperar para recuperar este lugar.

FUENTE: Oficina de Relaciones Interinstitucionales
Instituto Nacional de Tierras