viernes, 18 de julio de 2008

Soberanía, clase obrera y campesinado

En la sociedad sustentada en el trabajo asalariado, en el esfuerzo de quien vende su fuerza de trabajo para garantizar el funcionamiento del aparato productivo es necesario tener en cuenta que sin el respaldo de la clase obrera no hay avance posible, más allá de posiciones ideológicas, es un hecho objetivo que las maquinarias, los procesos productivos y la acción de la burocracia se genera en base a una relación entre quien tiene la fuerza y el conocimiento y quien tiene el capital para comprar esa fuerza y en el caso de los procesos productivos quien tiene la materia prima y las maquinarias, que a su vez son producidas por trabajo.

Este fenómeno nos lleva a una simplificación muy ele-mental: si la clase de los asalariado dejara de trabajar, todo el proceso productivo se pararía, de allí que en cualquier análisis sobre las garantías que representan la seguridad y soberanía debe ser tomado muy en cuenta, como factor fundamental el trabajador, y no es gratuito que una parte importante de la lucha política en todas las sociedades modernas vaya destinada a ganarse el apoyo del proletariado.

En la sociedad esclavista el propietario de la fuerza de trabajo era a la vez propiedad de otro, no tenia voluntad propia ni capacidad de decisión, en la sociedad feudal ocurría algo similar, pero en la sociedad capitalista quien vende su fuerza de trabajo, como cualquier otra mercancía, puede en un momento no venderla, como por ejemplo durante la huelga, y en ese momento esa mercancía cobra un valor extraordinario y sube su precio, esto porque el capitalismo transforma todo en mercancía, incluso las relaciones familiares, que se compran y se venden de acuerdo a una determinadas reglas que tratan de ocultar su fealdad y hacer más suaves estas relaciones.

Partiendo de estas premisas queremos llamar a comprender que el problema de la seguridad y soberanía no es solo un problema de tecnología, de técnicos, de agua, de tierra, de materia prima, es en esencia un problema de voluntades, y entre estas la voluntad y la decisión de quien hace caminar todos esos engranajes de la producción, de la clase obrera y el campesinado, tan ignorados y golpeados, pero que aún con esa realidad son la única garantía verdadera de seguridad y soberanía, de independencia y la única posibilidad de construir el socialismo.


Por: Pedro Rosas

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